Kind of Blue: La Biblia del Jazz ( y parte 3)

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agosto 31, 2012 por Herrerillobcn

Definido por algunos como un «blues un tanto peculiar», el cuarto tema de Kind of Blue, All blues, es un corte sofisticado y sutil, con un ligero acento modal. Chambers y Evans son los dos pilares sobre los que se sostiene la atmósfera del tema. Es de destacar en el desarrollo del tema, el esfuerzo del contrabajista repitiendo casi «ad infinitum» una breve figura de cuatro notas. El piano revolotea en el ambiente con sus trémolos, y mientras los vientos refuerzan el motivo del contrabajo, la trompeta de Miles en sordina va dibujando la melodía de All blues. Es precisamente la trompeta quien empieza a solear, las notas que va desgranando Miles acentúan muy bien el caracter bluesero sin deslizarse apenas de la atmósfera creada, el piano muy activo durante todo el tema, no se conforma con su papel secundario y ofrece en todo momento una comunicación abierta que se prolonga durante las intervenciones de los solistas. Y así como empezó, la música se va fundiendo al ritmo de la insistente figura del contrabajo…

Y finalmente llegamos al último capítulo de esta obra, a la pieza que pone el broche final a nuestro disco, la etérea y delicada Flamenco Sketches. Misteriosa e hipnótica, no encontraremos aquí motivo o melodia alguna, sino más bien un círculo de acordes sobre los cuales, los solistas tienen la oportunidad de poder improvisar en varios modos (jónico, dórico, frigio, mixolidio..). Miles tomo prestado como base los nebulosos acordes del inicio de Peace Piece, una pieza que Evans habia grabado poco antes, logrando asi desde un principio una atmósfera de serena belleza en la que el tiempo parece detenerse, un fresco sonoro de bella y maravillosa quietud, un lugar mágico al que solo los verdaderos artistas pueden soñar con alcanzar.

En las notas originales de la contraportada de KInd of Blue Bill Evans decia:

«Existe un arte visual japonés en que el artista está obligado a ser espontáneo. Tiene que pintar en un pergamino delgado extendido con un pincel especial y pintura negra de acuarela, de tal manera que un brochazo forzado o interrumpido destruirá la linea o atravesará el pergamino. No son posibles los borrones ni los cambios. Estos artistas deben practicar una disciplina específica, la de permitir que la idea se exprese a si misma en comunicación con sus manos de forma tan directa que no puede interferir la deliberación. Las pinturas resultantes carecen de la composición compleja y las texturas de la pintura convencional, pero se dice que aquellos que saben ver encontrarán algo capturado que escapa a cualquier explicación. Esta convicción de que la acción directa es la reflexión mas llena de significado; en mi opinión, ha inducido a la evolución de disciplinas extremadamente severas y especiales como son las del músico de jazz o el improvisador.»

Esa espontaneidad del artista japonés sigue hoy presente cada vez que un músico vuelve a dibujar los trazos de Kind of Blue. Piedra angular del jazz post bop, pasados más de cincuenta años, más viva y actual que nunca.

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